domingo, 17 de mayo de 2015

Las interacciones...como cuestan

Cuando nuestra persona especial comienza a usar el lenguaje, puede suceder que ocurran acciones repetitivas, como medio de comunicación o respuesta. En algunos casos resultan situaciones sumamente molestas,  pero  no nos atrevemos a corregir por miedo a  socavar el intento de comunicación.

 Estamos conscientes de que esto es incorrecto y poco funcional por ejemplo:  Cada vez que decimos," vamos a casa de la abuela",  la persona especial, diga: abuela Rosa con su tema de novela... y el comentario delante de otro, llame la atención y lo aplauda, se ria, se enfade y lo demuestre;  entonces se afianza la conducta. 

Otras veces ocurre que nos impacta tanto la respuesta que no podemos evitar poner cara de espanto y la persona se engancha en continuar la interacción.  Por ejemplo "Luis recoge tus zapatos" y el responde: "eso me hace morir" lo cual si lo dice delante de personas  que hacen todo un alboroto sacando conjeturas de lo que significa tal afirmación, esta conducta se afianza y se arma tremendo lío.

La solución que mas efecto positivo me hizo, fue cambiar la reacción por una pregunta diferente cada vez que emitiera la afirmación como ¿ con hambre o sin hambre?. Y ¿ya tomaste agua?, ¿viene tu tío Andres hoy?.  Entonces el niño  contesta  la pregunta y recoge los zapatos.

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